Despedida de Dolores

De vuelta a la cocina: el ciclo laboral de Dolores

Dolores, se casó joven, joven y enamorada. Y así ha llegado a su madurez, sin pensar en ningún momento que ha perdido su juventud, sin dejar de amar a su marido ningún día de su vida.

Cuando conoció a Pedro, trabajaba ya de cocinera. Entonces estaba contratada en una tasca del pueblo donde, él, paraba en sus viajes de negocios. Recorría el país de punta a punta ofreciendo sus diseños de sábanas y cortinas a comercios de toda la geografía nacional. Bueno, suyos, suyos, …. los de la empresa textil a la que siempre ha representado.

Y entre viaje y viaje, las semanas se les hacían a los dos interminables, hasta que Pedro podía volver a fijar una escala en la tasca de Dolores. ¿Cómo no iban a casarse tan pronto como les fue posible?

Los primeros años de matrimonio no fueron fáciles para Dolores, acostumbrándose sola a la vida de Madrid, mientras Pedro seguía viajando durante toda la semana. Pero los fines de semana juntos, paseando por El Retiro o la Casa de Campo, compensaban de sobra las horas de soledad.

Y tampoco le resultó difícil encontrar trabajo como cocinera en la capital, aunque eso supusiera no poder pasar con su marido tanto tiempo como les hubiera gustado cuando él podía dormir en casa.

Entonces llegó el ascenso de Pedro, “Responsable Corporativo de Ventas”, ni más ni menos. Mucho título, mejor sueldo y, sobre todo, el final de los viajes interminables.

Con tanta felicidad, a Dolores y Pedro solo les quedaba ampliar la familia. En aquella época era lo que se esperaba de un matrimonio, pero ellos, además, lo deseaban de corazón. Y el corazón pusieron desde el primer al último día en la crianza de sus tres varoncitos. Dolores quedó siempre con ganas de criar una niña, pero la providencia no lo quiso así, y ella lo supo entender, con la misma aceptación que siempre aplicó ante los inconvenientes que le presentó la vida.

La misma aceptación que aplicó al tener que dejar su trabajo, porque la palabra “conciliación” en aquella época, tenía otro significado. Y con alguna lagrimita, y una barriga ya prominente, se despidió de sus compañeros del Hotel Gran Capital, aquel 30 de agosto. Recuerda la fecha porque cada año, desde entonces, ese día pasó a saludar y aprovechó, por qué no reconocerlo, para presumir de retoños.

Es curioso que, precisamente ese orgullo de madre, le abrió las puertas nuevamente del mundo laboral. Justo cuando sus hijos ya empezaban a ser independientes, y acompañar a su madre al Hotel cada 30 de agosto dejaba de ser un divertido juego hasta para el menor de ellos, Dolores supo que volvían a necesitar una ayudante en la cocina.

El hotel había sido comprado por una cadena internacional, y su nombre había cambiado, pero Dolores seguía sintiéndose como si hubiera continuado trabajando allí toda la vida.

El pasado 30 de agosto, Dolores se despidió de sus compañeros para comenzar su jubilación. No puedo evitar que se le volviera a escapar una lagrimita, pero, esta vez, sabía que era un “hasta pronto”. Dentro de un año volverá a visitarles, como cada 30 de agosto, y entonces la acompañará Pedro, también jubilado, y quién sabe si alguno de sus nietos …

 

Dolores comienza esta nueva etapa de su vida con la misma actitud que siempre la ha caracterizado: gratitud por el camino recorrido y entusiasmo por lo que está por venir. Ahora, con Pedro jubilado y la familia creciendo con nietos que llenan de alegría su hogar, Dolores no piensa en detenerse. Está convencida de que mantenerse activa y conectada con quienes la rodean es la mejor receta para disfrutar esta nueva fase. El 30 de agosto seguirá siendo una fecha marcada en su calendario, no solo para reencontrarse con sus compañeros, sino también para recordar que siempre hay espacio para nuevas historias y proyectos.


Desafiando las barreras sociales: Sandra y el Síndrome de Asperger

Sandra, una brillante profesional del sector tecnológico, había demostrado su valía en una pyme local de su provincia, Guadalajara. Con una excelente formación y una experiencia sólida en el desarrollo de soluciones, su talento no pasó desapercibido. Una colaboración excepcional con una importante multinacional le abrió las puertas a una oferta de trabajo inesperada, con mejores condiciones y mayores oportunidades de desarrollo profesional. Tras una salida organizada de su empresa anterior para cerrar todos los proyectos en los que participaba, Sandra se incorporó a su nuevo puesto.

Sin embargo, a pesar de los interesantes desafíos que enfrentaba en sus nuevos proyectos, Sandra se encontró con una dificultad recurrente: el trato diario con otros profesionales. Diagnosticada con el Síndrome de Asperger, un trastorno del espectro autista que no afecta su inteligencia racional, pero dificulta su capacidad para relacionarse socialmente. Sandra enfrentaba un nuevo escenario en Madrid. En su equipo en Guadalajara, todos comprendían su forma única de relacionarse, pero ahora en Madrid, tiene que tratar con muchas personas diferentes y a menudo se sienten desconcertados ante el carácter aparentemente extraño de Sandra.

A pesar de las barreras sociales que enfrenta, Sandra sigue aportando una valiosa contribución a los objetivos del equipo. Su perspectiva única y su enfoque detallista proporcionan una nueva dimensión a los proyectos en los que participa. Sin embargo, su capacidad para comunicarse de manera efectiva, suponen con frecuencia, un inconveniente tanto para ella como para sus colegas.

 

La historia de Sandra es un recordatorio de la importancia de sensibilizar al colectivo profesional sobre las dificultades que enfrentan las personas con Síndrome de Asperger y otros trastornos similares. Es crucial recordar que estas personas pueden hacer importantes contribuciones a los objetivos globales, incluso cuando enfrentan dificultades en la interacción social. La inclusión y la comprensión son clave para aprovechar al máximo el potencial de todos los profesionales, independientemente de sus diferencias individuales.


Como Rosa superó su miedo para alcanzar el éxito

Rosa, una mujer de acción, siempre se ha sentido más cómoda detrás de los bastidores, haciendo que las cosas sucedieran en lugar de ser el centro de atención. Por eso, hoy es su amiga Juana, quien comparte su historia con un orgullo evidente. 

  

Cuando se conocieron, Rosa estaba al frente de una pequeña delegación de una gran empresa multinacional, llevando sobre sus hombros la responsabilidad de múltiples tareas, desde el contacto con clientes hasta la gestión del equipo y el mantenimiento de la oficina. Era una líder nata, aunque ella misma rara vez reconocía su valía. 

  

Sin embargo, el destino se encargó de desafiarla. Cuando la empresa comenzó a tambalearse y el cierre de delegaciones se volvió una realidad palpable, Rosa se enfrentó a la incertidumbre. El miedo se apoderó de ella ante la perspectiva de un futuro desconocido, y confesó a su amiga la inseguridad que la invadía: ¿Qué haría ella si perdía su trabajo? ¿Cómo podría adaptarse a un cambio tan drástico? 

  

Su amiga, conociendo la fortaleza interior de Rosa, no pudo evitar que en su cara se dibujara una enorme sonrisa. Para ella, Rosa era sinónimo de capacidad y determinación, y estaba convencida de que encontraría su camino, incluso en las circunstancias más adversas. 

  

Y así fue como la profecía de Rosa se cumplió, al menos en su primera parte. Se cerraron las puertas de su delegación, dejándola en una complicada situación profesional. Sin embargo, en lugar de sucumbir ante la adversidad, Rosa decidió hacerla frente. Con coraje y determinación, se aventuró en el mundo del emprendimiento. 

  

Los primeros años fueron difíciles, como suele ser el caso en cualquier empresa incipiente. Pero Rosa no se amilanó. Con el respaldo de su experiencia, el reconocimiento de sus clientes y el apoyo de otros profesionales del sector, construyó una empresa próspera que hoy emplea a una destacada cantidad de personas. 

 

  

La lección que podemos extraer de la historia de Rosa es clara: no todos están preparados para emprender, pero aquellos que tienen la valentía de hacerlo a menudo descubren que poseen capacidades y fortalezas que ni siquiera imaginaban. El camino hacia el éxito puede estar lleno de obstáculos, pero solo aquellos que se atreven a dar el primer paso pueden alcanzarlo. Rosa, con su resiliencia y determinación, es un claro ejemplo de ello. 


El reto de la conciliación real para Ana

Ana, orientadora laboral, desempeña un papel esencial al guiar a profesionales en la búsqueda de su camino para el talento. No se limita a brindar asesoramiento para encontrar ofertas, redactar un buen currículum vitae o destacar en una entrevista de trabajo. Su apoyo va más allá, acompañando a los profesionales en la exploración de objetivos que reflejen su potencial y motivaciones reales.

En un proyecto anterior, a pesar de ser cómodo profesionalmente, Ana enfrentaba a diario un desafío de conciliación: desplazarse tres días por semana a 70 km le impedía pasar suficiente tiempo con su hijo. Así que no lo pensó dos veces cuando otra organización le ofreció un puesto similar pero cerca de casa. Aunque con un salario ligeramente menor, parecía la solución ideal para ella.

La realidad resultó ser una discrepancia entre las promesas y la ejecución. Ahora estaba más cerca pero la rigidez horaria de esta nueva empresa no facilitaba en absoluto la organización de su vida familiar.

Pese a contar con un elaborado plan de conciliación según se publicitaba contantemente dentro y fuera de la empresa, en la práctica solo se traducía en dos tardes libres a la semana, sin prácticamente posibilidad de elegirlas cada profesional, y compensadas con horas adicionales los demás días. El horario inflexible, de 9.00 a 15.00 y de 16.00 a 19.00, dejaba a Ana sin opciones cuando intentó retrasar 10 minutos, su horario de entrada y salida, para atender a su hijo.

Ya no podía volver a su empresa anterior, pero la negativa de la empresa, sin causa justificada alguna, y a pesar de su supuesta política de conciliación llevó a Ana a buscar otra oportunidad más realista sobre la manera de motivar a sus profesionales.

La suerte le sonrió al encontrar una empresa donde la flexibilidad horaria es una realidad y además completa. En esta nueva organización, además, Ana ha encontrado un ambiente de trabajo mucho más colaborativo y las relaciones en el equipo son inmejorables. 

 

La experiencia de Ana destaca la importancia de cumplir con las promesas y promocionar políticas de conciliación reales. Promocionar políticas de conciliación sin cumplirlas socava la confianza y la fidelización del talento. La integridad en la gestión del talento garantiza equipos comprometidos y satisfechos, fundamentales para el éxito empresarial.


Martín: desafiando la ética en la búsqueda de oportunidades laborales

Martín, Licenciado en Ciencias Empresariales, disfrutaba de su papel como Responsable de Administración en el Departamento Financiero de una empresa industrial en Zaragoza. Aunque su trabajo presentaba desafíos, la rutina lo llevó a considerar nuevas oportunidades fuera de la empresa, ya que veía improbable que su superior abandonara el puesto.

Después de completar un máster en finanzas para fortalecer su perfil, Martín se aventuró a postularse para el puesto de Director Financiero en una empresa aragonesa. El proceso, gestionado por una empresa de consultoría de Barcelona, mantenía en secreto la identidad del empleador. La consultora que entrevistó a Martín, nunca proporcionó feedback sobre su idoneidad para el puesto.

Sorprendentemente, días después, el Director Financiero de su empresa fue reemplazado, y Martín se dio cuenta de que había optado a un puesto en la misma empresa para la que ya trabajaba. Pero aún mayor sorpresa fue descubrir que el nuevo Director Financiero conocía su participación en el proceso de selección, informado por la empresa de consultoría.  Esto provocó la desconfianza de su nuevo jefe, quien, al poco tiempo de incorporarse, recriminó a Martín por su “falta de compromiso con la empresa y reticencia hacia él por haber ocupado el puesto al que Martín aspiraba”.

Las acusaciones dejaron a Martín impotente, sin posibilidad de réplica a pesar de no considerarlas justas. Desde entonces, se ha gestado una creciente tensión, y Martín encuentra su trabajo cada vez más insatisfactorio con el retiro progresivo de sus responsabilidades. La única opción que le queda ya, es buscar con mayor interés una opción profesional que le permita seguir desarrollando su carrera en otra empresa.

 

La historia de Martín resalta la falta de ética de la empresa de consultoría al transmitir información confidencial. La indiscreción comprometió la confianza entre Martín y su actual empresa, subrayando la importancia de la confidencialidad en los procesos de selección.

Esta historia es una excepción imperdonable, que no refleja en absoluto la forma de proceder en la mayoría de las empresas de selección de personal, destacando la necesidad de ética en la gestión de información para mantener la confidencialidad, tanto de las organizaciones que buscan profesionales como de las personas que se postulan.


Ainoa: decisiones complicadas en la coordinación de equipos profesionales

Ainoa, en su papel como coordinadora de servicios de ayuda a domicilio, supervisa a alrededor de 50 auxiliares que atienden a más de 200 personas dependientes, garantizando su bienestar en el hogar.

En este entorno vital donde la continuidad del servicio es esencial, Ainoa enfrenta el desafío de gestionar las sustituciones cuando un auxiliar no puede asistir. Los compañeros se apoyan mutuamente, asegurando que las personas usuarias reciban la atención necesaria, incluso en situaciones imprevistas.

No obstante, Ainoa se ha visto enfrentada desde hace meses a un problema persistente con una de sus auxiliares, Isabel. A pesar de los esfuerzos de Ainoa por explicar la importancia de la colaboración en el equipo, Isabel se resiste a realizar desplazamientos más allá de su conveniencia. Como consecuencia, otra auxiliar tiene que hacer frecuentes desplazamientos de más de 100 km entre ida y vuelta, para atender a personas que residen a apenas 7 km de Isabel.

Ainoa tiene que aceptar con impotencia esta decisión de Isabel, quien comenta: "No tengo obligación legal de hacerlo, ya que no forma parte de mi contrato de trabajo."

La situación da un giro inesperado cuando Isabel anuncia su mudanza a un municipio a 80 km de distancia. Solicita modificar su contrato para atender a personas más cercanas a su nueva ubicación. Ainoa, consciente de que "la empresa tampoco tiene obligación legal de aceptar este cambio", se enfrenta a una decisión difícil.

No tiene la menor duda de que haría ese favor a cualquier otra de sus auxiliares, pero considera que no es justo apoyar a alguien cuya actitud en el pasado ha perjudicado a la empresa y, sobre todo, a sus compañeras de trabajo. Isabel tendrá que cumplir su amenaza de solicitar una baja voluntaria porque la empresa no va a concederle el traslado.

Ainoa, convencida de que cada profesional es importante para el buen funcionamiento de la empresa, tiene aún por delante otro reto: transmitir tranquilidad al resto de su equipo. Contarán con el apoyo de Ainoa si se ven en una situación similar, ya que se ganan ese apoyo con la buena disposición que muestran cada día.

 

La historia de Ainoa destaca la importancia de la colaboración y el compromiso en un equipo profesional. La toma de decisiones difíciles es inevitable, pero la cohesión del equipo y la equidad en el trato son fundamentales para un ambiente laboral saludable.

Ainoa se enfrenta a este reto con la convicción de que su decisión sienta las bases para un equipo que funciona de manera eficiente y justa. En un mundo donde cada detalle cuenta, Ainoa demuestra que incluso las decisiones más complicadas pueden ser guiadas por la integridad y la equidad.

 


Pedro: entre la honestidad y el precio de la verdad en la empresa

Pedro, un experimentado profesional con una sólida trayectoria técnica, se encontró en una encrucijada cuando le ofrecieron el puesto de manager hace unos años. Aunque sus habilidades técnicas eran altamente valoradas, la transición al liderazgo no fue tan sencilla. Al asumir su nuevo rol, Pedro se percató de ciertos aspectos que no le agradaban en la gestión interna, pero entendió la importancia de mantener la moral del equipo y la confidencialidad.

La oportunidad de abordar estas preocupaciones surgió cuando el equipo de alta dirección visitó su centro de trabajo. El Director General proponía una reunión precisamente para conocer de primera mano el parecer y el sentir de los mandos intermedios, profesionales clave para el negocio, y Pedro decidió aprovechar la ocasión para compartir sus inquietudes. Sin embargo, lo que esperaba fuera una contribución constructiva se convirtió en un calvario para él. La dirección de su propio centro, en represalia, inició un constante acoso que culminó en su despido unos meses después.

La justificación oficial fue que Pedro hablaba negativamente sobre la empresa a sus colaboradores, una acusación que no se sostuvo en el juicio, ya que sus comentarios críticos estaban dirigidos hacia sus superiores y no hacia sus compañeros. Afortunadamente, el fallo del juicio respaldó a Pedro, considerando su despido como improcedente.

A pesar de esta victoria legal, la experiencia dejó a Pedro desencantado. Aunque rápidamente encontró empleo en otra compañía debido a su sólida reputación técnica, decidió no volver a asumir funciones de gestión. Su decepción radica en la observación de cómo muchos miembros de la dirección actúan, convencido de que las altas esferas de las empresas a menudo desconocen lo que realmente sucede en los equipos de base debido a la reticencia de los directivos intermedios a revelar la verdad.

La historia de Pedro plantea preguntas importantes sobre la honestidad y la transparencia en el entorno empresarial. ¿Cuántas veces se omiten problemas reales debido al temor a represalias? La experiencia de Pedro sugiere que la comunicación abierta y honesta es esencial para el crecimiento saludable de una empresa. Nos invita a reflexionar sobre la importancia de no temer señalar lo que está mal, incluso cuando esto implica enfrentarse a la jerarquía, para construir entornos laborales más transparentes y éticos.


La dualidad de Alberto: seguridad o satisfacción.

Alberto es una persona inteligente, los test de cociente intelectual que le hicieron cuando era niño así lo pusieron de manifiesto. Sin embargo, nunca le gustó demasiado estudiar, sentía que la rigidez del sistema no iba con él y, aunque ha leído mucho y tiene amplios conocimientos sobre distintas materias, su nivel de estudios académicos quedó en una cota muy básica.

Tras un par de intentos fallidos en empresas donde no llegó a encajar, finalmente encontró trabajo: carga y descarga aviones en el aeropuerto. Un trabajo físico que ha desempeñado durante más de dos décadas. Una labor que, si bien le proporcionaba un salario aceptable, nunca logró satisfacerle plenamente.

 

Aunque al principio parecía una buena solución laboral, las condiciones eran buenas al fin y al cabo, con el tiempo Alberto ha ido sufriendo unas exigencias cada vez más duras por parte de su empresa.

Su descontento fue creciendo poco a poco y el anhelo de abandonar este empleo llegó a volverse constante. Sin embargo, el miedo a dejar esa seguridad económica le ha mantenido estancado en una situación que le genera desconsuelo cada día.

Cuanto más tiempo pasaba y más insatisfecho se sentía, más difícil le resultaba dar el salto de manera voluntaria hacia un cambio. Hoy, como ayer, ese salto resulta impensable para Alberto.

La idea de ser despedido se convirtió en una ilusión, una salida que le permitiría acceder a indemnizaciones y prestaciones por desempleo, brindándole la oportunidad de replantearse su carrera profesional. Pero el tiempo siguió su curso y esa situación nunca llegó.

 

Con el pasar de los años, Alberto siente el peso del arrepentimiento.

Se cuestiona qué habría sucedido si hubiera tenido la determinación de continuar estudiando o la valentía de arriesgarse en la búsqueda de nuevas oportunidades laborales.

El remordimiento por no haber seguido sus deseos y haber optado por lo seguro le atormenta.

La sensación de haber malgastado años valiosos en un trabajo que no le llenaba le lleva a reflexionar sobre las decisiones pasadas y el costo de elegir la estabilidad sobre la satisfacción personal.

 

La historia de Alberto nos muestra cómo la dualidad entre lo seguro y lo satisfactorio nos desafía constantemente. Reflexionar sobre lo que pudo ser nos recuerda la importancia de la valentía en la búsqueda de la realización personal.

¡Valoremos cada día si estamos donde queremos estar, para buscar el mejor camino a nuestro talento antes de que sea tarde!


El Valor del Teletrabajo: La Historia de David

En nuestra primera historia os hablamos de David, profesional del sector informático. Su trabajo implica un compromiso que va más allá de las horas habituales de oficina; con un servicio de atención 7x24 para el cliente, los turnos se convierten en su rutina, incluso en días festivos.

Madrid es su hogar laboral, pero su corazón reside en Salamanca, donde su familia se junta para celebrar acontecimientos importantes. En el torbellino del 2020, la pandemia le forzó a adaptarse al teletrabajo, una bendición disfrazada. Las navidades de 2021 y 2022 se convirtieron en un regalo anticipado, permitiéndole reunirse con los suyos sin abandonar sus responsabilidades.

2023, por el contrario, ha traído consigo una decisión que desafía el sentido común. A pesar de la evidencia abrumadora de que el teletrabajo no ha afectado a la productividad, la empresa revocó esa libertad. Esta noche de fin de año, el reloj le encadenará a su escritorio en Madrid hasta las 23:00 horas, impidiéndole compartir el brindis familiar en Salamanca, tendrá que comer solo las doce uvas, aunque estará ya fuera de su jornada laboral.

David se siente desconcertado y comienza a buscar alternativas profesionales, aunque por lo demás estuviera satisfecho con el trabajo y con la empresa. Su rendimiento era impecable, el feedback positivo, pero la nueva política le desanimaba profundamente a contiuar. ¿Cómo entender la negación de una flexibilidad que beneficia a ambas partes, que no afecta resultados y es tan valiosa para él?

Su historia no es solo la suya; es un eco de muchos profesionales que anhelan esa libertad de decidir cómo combinar vida laboral y personal. La posibilidad de trabajar en remoto, o al menos de manera híbrida y en ocasiones, como estas fechas especiales, es un tesoro que no todos pueden tener.

Agradecemos a David que nos haya permitido contar su historia para reflexionar sobre el valor del equilibrio entre trabajo y vida personal. Su experiencia no solo habla de un individuo, sino de una tendencia en la gestión del talento, una reflexión necesaria para comprender el verdadero coste de una rigidez innecesaria.

Su historia nos desafía a repensar el valor de la conciliación, a considerar cómo una pequeña concesión puede significar un mundo para quienes se esfuerzan por lograr un equilibrio sano entre lo profesional y lo personal.

¡Feliz 2024 para nuestros lectores, y sobre todo para David!


Comenzamos nuestro Camino para el Talento

Itinere Talent nació en 2010 para trabajar con y para profesionales. Durante estos 13 años, hemos conocido muchas historias que nos han interesado, nos han conmovido y nos han ayudado a comprender mejor el camino que las personas con talento recorren cada día para alcanzar sus metas.

Hoy nos emociona presentaros un nuevo reto de Itinere Talent, nuestro nuevo blog: "Camino para el Talento" pretende ser un espacio donde exploraremos historias cotidianas que, de algún modo, han sido relevantes en la vida profesional de sus protagonistas.

En Camino para el Talento, nos proponemos compartir relatos auténticos y enriquecedores sobre personas como tú, profesionales que han enfrentado desafíos, han crecido profesionalmente, han aprendido valiosas lecciones y han encontrado su camino hacia el éxito en el mundo laboral.

Este espacio no solo busca entretener, sino también conectar. Queremos escuchar tus historias, esas experiencias que te han desafiado, enseñado y moldeado en tu carrera profesional. ¿Tienes una historia que desees compartir con nuestra comunidad? ¡Nos encantaría escucharla! Envíanos tu relato a nuestro correo electrónico (itinere@itineretalent.com) y podría convertirse en la próxima inspiración para nuestros lectores.

Nos ilusiona profundamente embarcarnos en este viaje contigo. Cada semana, exploraremos nuevas narrativas que nos recuerden la increíble diversidad de caminos que llevan al éxito profesional. Esperamos que estas historias no solo te entretengan, sino que también te motiven, te hagan reflexionar y te impulsen en tu propio recorrido laboral.

¿Estás listo para embarcarte en este viaje? ¡Acompáñanos en este Camino para el Talento y descubre las historias que transforman!

¡Gracias por ser parte de esta emocionante aventura!