Ainoa, en su papel como coordinadora de servicios de ayuda a domicilio, supervisa a alrededor de 50 auxiliares que atienden a más de 200 personas dependientes, garantizando su bienestar en el hogar.

En este entorno vital donde la continuidad del servicio es esencial, Ainoa enfrenta el desafío de gestionar las sustituciones cuando un auxiliar no puede asistir. Los compañeros se apoyan mutuamente, asegurando que las personas usuarias reciban la atención necesaria, incluso en situaciones imprevistas.

No obstante, Ainoa se ha visto enfrentada desde hace meses a un problema persistente con una de sus auxiliares, Isabel. A pesar de los esfuerzos de Ainoa por explicar la importancia de la colaboración en el equipo, Isabel se resiste a realizar desplazamientos más allá de su conveniencia. Como consecuencia, otra auxiliar tiene que hacer frecuentes desplazamientos de más de 100 km entre ida y vuelta, para atender a personas que residen a apenas 7 km de Isabel.

Ainoa tiene que aceptar con impotencia esta decisión de Isabel, quien comenta: «No tengo obligación legal de hacerlo, ya que no forma parte de mi contrato de trabajo.»

La situación da un giro inesperado cuando Isabel anuncia su mudanza a un municipio a 80 km de distancia. Solicita modificar su contrato para atender a personas más cercanas a su nueva ubicación. Ainoa, consciente de que «la empresa tampoco tiene obligación legal de aceptar este cambio», se enfrenta a una decisión difícil.

No tiene la menor duda de que haría ese favor a cualquier otra de sus auxiliares, pero considera que no es justo apoyar a alguien cuya actitud en el pasado ha perjudicado a la empresa y, sobre todo, a sus compañeras de trabajo. Isabel tendrá que cumplir su amenaza de solicitar una baja voluntaria porque la empresa no va a concederle el traslado.

Ainoa, convencida de que cada profesional es importante para el buen funcionamiento de la empresa, tiene aún por delante otro reto: transmitir tranquilidad al resto de su equipo. Contarán con el apoyo de Ainoa si se ven en una situación similar, ya que se ganan ese apoyo con la buena disposición que muestran cada día.

 

La historia de Ainoa destaca la importancia de la colaboración y el compromiso en un equipo profesional. La toma de decisiones difíciles es inevitable, pero la cohesión del equipo y la equidad en el trato son fundamentales para un ambiente laboral saludable.

Ainoa se enfrenta a este reto con la convicción de que su decisión sienta las bases para un equipo que funciona de manera eficiente y justa. En un mundo donde cada detalle cuenta, Ainoa demuestra que incluso las decisiones más complicadas pueden ser guiadas por la integridad y la equidad.