coordinadora de equipo en cerámica

Valeria: perseverancia e integración en un nuevo país

Valeria es chilena. En su país se formó como Ingeniera Industrial. Empezó a trabajar en posiciones técnicas, y poco a poco fue asumiendo funciones de más responsabilidad en una empresa de minería. No fue nada fácil en un sector tradicionalmente muy cerrado para las mujeres, pero llegó a dirigir una planta de procesado.

Cuando estaba en el auge de su carrera, la familia decidió mudarse a España. Fue una decisión difícil de tomar para Valeria, pero tras meditarlo mucho, confió en que podría retomar su trayectoria profesional en un país con más reconocimiento y oportunidades para las mujeres.

Sin embargo, la integración en España fue más dura de lo que había esperado. Desde el primer momento, Valeria se topó con una serie de obstáculos burocráticos: la administración ponía trabas para homologar su título de ingeniería, lo que limitaba su acceso a puestos acordes con su formación y experiencia. Y las empresas dudaban en reconocer el valor de su experiencia en Chile.

Frustrada por estar en casa sin poder ejercer su profesión, Valeria terminó por aceptar el único empleo que una y otra vez la ofrecían: cuidadora de personas dependientes. Así se sentía al menos activa y útil. Y, aunque este trabajo no tenía nada que ver con su formación, aprendió mucho sobre la empatía y la conexión humanas. Los lazos que forjó con las personas a las que cuidaba y con sus familias le enseñaron el poder de la gratitud y el aprecio en los momentos difíciles. Pero la insatisfacción por no poder realizarse profesionalmente persistía.

Valeria se dio cuenta entonces de que necesitaba ayuda para conseguir mostrar su potencial real en el mercado profesional español, y, comenzó un proceso de Transición Profesional con Itinere Talent. Trabajó en la redefinición de sus objetivos, reorganizó su currículum y se preparó para destacar su experiencia de forma que resonara en el contexto de las industrias más comunes en su zona de residencia. Con una renovada estrategia de búsqueda y enfoque, Valeria empezó a presentarse a varias entrevistas, con la esperanza de abrirse camino de nuevo.

Finalmente, su esfuerzo rindió frutos cuando le ofrecieron el puesto de Coordinadora de Equipo en una fábrica de cerámica. Aunque este nuevo rol no alcanza el nivel de responsabilidad que había logrado en Chile, le ofrece la oportunidad de avanzar en su carrera y demostrar su talento en un entorno distinto.

Ahora, Valeria se enfrenta al desafío de ganarse la confianza de sus nuevos colegas y de consolidarse en un nuevo mercado profesional. Está decidida a abrirse paso con la misma determinación con la que alcanzó sus metas en Chile y ve este rol como una plataforma desde la cual podrá seguir creciendo hasta asumir posiciones de mayor liderazgo.

 

La historia de Valeria nos recuerda la importancia de la resiliencia y la capacidad de adaptación en la vida profesional. A pesar de los desafíos y de empezar desde cero en un entorno distinto, ella ha mantenido su vocación y determinación, demostrando que cada paso suma experiencia y fortalece el camino hacia nuevas oportunidades.


DirectoraFinanciera Itinere Talent

El paso atrás de Carolina para poder seguir avanzando

Carolina trabajó en puestos directivos durante muchos años de su vida profesional, pero recientemente ha pasado una mala racha en el terreno laboral, y por ende, todos los aspectos de su vida se han resentido.

Tras licenciarse en Administración y Dirección de Empresas, le resultó relativamente fácil encontrar un trabajo como Contable y, poco a poco, fue asumiendo mayores responsabilidades. En aquella primera empresa pasó a ser Jefa de Administración.

Tiempo después fue fichada por un Cazatalentos para ocupar la Dirección Financiera de una pequeña empresa y, cuando esta compañía se fusionó con otra más grande, su buen hacer la convirtió en la nueva Directora Corporativa de Finanzas.

Sus resultados durante aquella época fueron excelentes. Mejorando las condiciones de financiación apoyaba la estrategia inversora de crecimiento que en aquel momento tenía el Grupo; identificando opciones de optimización de costes aquí y allá, conseguía aumentar la rentabilidad año tras año; supervisando a las filiales, mantenía a raya el control presupuestario. No solo el CEO, la Junta Directiva al completo llegó a confiar plenamente en ella y apreciaban constantemente sus aportaciones.

Pero como las circunstancias en el mundo empresarial no suelen ser permanentes, el sector se vio inmerso en una serie de cambios, y la compañía comenzó un proceso inverso de descentralización, de modo que los servicios corporativos dejaron de tener cabida, incluida el área de Finanzas.

A Carolina se le ofreció la posibilidad de continuar como Directora Financiera en una de las empresas filiales, pero esto conllevaba un cambio importante en sus condiciones salariales que no consideró adecuado aceptar. Estaba convencida de que pronto encontraría un nuevo puesto acorde a su categoría profesional.

Sin embargo, no fue así. El tiempo pasó y Carolina fue viendo como sus ingresos se mermaban. Con una prestación por desempleo en absoluto proporcional a su salario habitual, tuvo que recurrir a sus ahorros para poder mantener su ritmo de vida habitual. Al cabo de dos años, aún fue peor, ya solo podía contar con la escasa ayuda para mayores de 52 años. Su situación llegó a ser crítica a nivel económico, y se vio obligada incluso a vender su vivienda.

Pero Carolina, por aquel entonces, no asumía aún responsabilidad alguna sobre su situación, que achacaba un poco a la mala suerte y, especialmente, a las malas decisiones que otros habían tomado sin valorarla como se merecía.

Fue entonces cuando, por azar, entró en contacto con Itinere Talent y, gracias a un conocido común, se animó a participar en un proceso de Transición Profesional. Al principio, con alguna reticencia por su parte, pero gracias a la paciencia de su coach, según ella misma reconoce, poco a poco fue haciéndose consciente de que todavía podía recuperar el control de su propio camino profesional.

Empezando por participar en acciones formativas, que además de permitirle actualizar conocimientos, la han ayudado a mostrar que sigue activa su capacidad de aprendizaje y adaptación, y la han facilitado una nueva red de contactos profesionales.

También se dio cuenta de que su CV parecía obsoleto y poco atractivo. Limitándose a mencionar las funciones realizadas en el pasado, no conseguía transmitir todo el potencial que tiene para seguir impactando positivamente en el futuro.

Y, especialmente, dejó de criticar a su última empresa por haber prescindido de ella. Porque al hablar bien de las personas con las que trabajó en el pasado, y haciendo notar la mutua confianza que durante años desarrollaron, Carolina habla también bien de si misma, y consigue una mejor valoración de quienes la escuchan.

No va a ser fácil la vuelta, está acostumbra a liderar su departamento y ahora se va a incorporar como una más del equipo. Pero está dispuesta a adaptarse a sus nuevas funciones como Administrativa de Nóminas, y quién sabe si con el tiempo puede volver a prosperar hasta ocupar nuevamente un puesto directivo …

 

La historia de Carolina nos enseña que, aunque la vida profesional puede verse afectada por cambios inesperados, lo importante es la capacidad de adaptación y resiliencia. A veces, para volver a avanzar, es necesario dar un paso atrás y reorientar nuestro camino, sabiendo que la oportunidad de crecer y prosperar nuevamente está siempre al alcance si mantenemos una actitud abierta y constructiva.


El valor de la orientación para la transición profesional

Ana es consultora de talento. Después de licenciarse en Psicología y realizar un Programa de Cooperación Educativa en Organización y RR.HH., trabajó inicialmente en el departamento de RR.HH. de una gran multinacional y después como consultora externa. Tras 25 años ayudando a las empresas a encontrar talento, tuvo la ocasión de participar como voluntaria en un servicio de orientación para el empleo y descubrió una nueva vía profesional que la satisfacía mucho.

Como Orientadora Laboral, podía utilizar sus conocimientos de reclutamiento y selección para ayudar a personas que buscaban empleo. Con el tiempo, fue descubriendo que su conocimiento de diferentes sectores de actividad y áreas funcionales en las empresas también le permitía orientar a las personas sobre posibles intereses laborales que ellas mismas desconocían. Durante varios años, disfrutó mucho realizando este trabajo. Ya hablamos de ella hace unos meses en este blog.

Pero el trabajo de orientación laboral para personas desempleadas depende de subvenciones de los servicios públicos de empleo, que a su vez dependen de cada comunidad autónoma. El cambio político en la comunidad autónoma donde Ana reside y trabaja implicó la desaparición de programas de orientación para el empleo tras más de dos décadas proporcionando excelentes resultados.

Ana no ha tenido demasiada dificultad para continuar trabajando y ha intensificado su actividad como colaboradora de Itinere Talent, que no ha dejado de mantener desde 2015. Además, en esta nueva etapa, la experiencia en orientación de Ana y otras consultoras colaboradoras ha permitido a Itinere Talent ofrecer el Servicio de Transición Profesional con muy buena acogida por los clientes.

Aun así, Ana piensa que algo no está bien. No ha dejado de sentir cierta frustración al ver cómo tantos excelentes profesionales de la orientación laboral tienen que buscar soluciones profesionales alternativas para subsistir mientras personas en situación de desempleo dejan de recibir asesoramiento o son asesoradas por personas sin la preparación adecuada. Por ello, se ha unido a ASORIENTACYL, una asociación creada para representar y defender el reconocimiento y la valoración de la profesión.

 

Con esta segunda historia de su trayectoria profesional, Ana nos muestra la importancia de preocuparnos también por el bienestar de otras personas, receptores de un servicio que ofrecemos o compañeros con los que hemos trabajado. Mantener un propósito que incluya el bienestar de los demás hace que nuestros objetivos sean más humanos y nos ayuda a disfrutar más con lo que hacemos en el día a día.


Mario: de la ilusión de la Enseñanza a la realidad de la Farmacia

Mario hubiera querido ser maestro. Le gustaba estudiar y se sorprendía de la pereza que mostraban otros niños de su pueblo. Algunos se quejaban de la autoridad que ejercía Don Severiano, “haciendo honor a su nombre”, solían decir. Pero Mario quería ser un maestro comprensivo, hacer que los niños desearan aprender.

Las circunstancias, sin embargo, lo obligaron a seguir otro camino. Cuando aún no había terminado sus estudios básicos, su padre sufrió un accidente que le impidió seguir trabajando, y Mario, el mayor de siete hermanos, tuvo que hacerse cargo de la hacienda familiar. Huerto y animales pasaron a ser su responsabilidad, la universidad quedó en un mero sueño de infancia.

Durante un par de décadas, Mario aceptó su destino sin plantearse otras alternativas. Era lo que había tocado y tampoco le quedaba mucho tiempo para pensar. En todo caso, no perdió nunca la motivación por el estudio y aprovechaba cualquier rato libre para leer e instruirse. “Una buena cultura general no hace daño a nadie” fue y sigue siendo una de sus frases preferidas.

Un día conoció a la que hoy es su mujer. La llegada al pueblo de una nueva farmacéutica no pasó desapercibida para ningún vecino, y mucho menos para Mario. A primera vista, le pareció guapísima, pero enseguida comenzó a valorar aún más las largas conversaciones que mantenían sobre todo tipo de temas cuando ella cerraba la farmacia y Mario la esperaba para dar un paseo.

Apenas unos meses después, se casaron, y esto no solo cambió la vida personal de Mario, también su profesión. Poco a poco, Mario se fue interesando por los asuntos de la farmacia. Atendía al público con el apoyo de su mujer cuando había mucha gente y le gustaba conocer cada medicamento, sus indicaciones, posibles efectos secundarios, dosis recomendadas o cómo tomarlos. Leía prospectos y revistas especializadas que llegaban a la farmacia, y estaba presente en las visitas de representantes que venían a hablarles de nuevas referencias.

Su actividad en el campo era cada vez más reducida, y habló con uno de sus hermanos para pasarle el testigo de la explotación familiar, al tiempo que decidió darse de alta como ayudante de la farmacia que, por su ubicación estratégica cerca de una zona turística, tenía mucha actividad, especialmente durante los fines de semana.

Han pasado algunos años y Mario se siente muy satisfecho con la acreditación para poder trabajar oficialmente en la farmacia, que ha conseguido gracias al procedimiento de reconocimiento de competencias profesionales adquiridas a través de la experiencia. Le hablaron de esta opción cuando asistió a un curso para personal no técnico de farmacia, y no lo dudó un momento. Enseguida presentó su solicitud, justificada por los años de experiencia en la dispensación de medicamentos y los cursos que había realizado animado por su mujer y jefa.

El proceso no fue rápido, se demoraron casi dos años desde que Mario inició el trámite hasta que le llegó su acreditación. Durante este tiempo, tuvo que presentar mucha documentación y fue entrevistado por una asesora y una evaluadora, quienes le pidieron todo tipo de detalles sobre su forma de trabajar y sus conocimientos sobre medicamentos y procedimientos farmacéuticos. Finalmente, consideraron que contaba con las competencias necesarias para poder ejercer como Auxiliar de Farmacia.

Mirando al pasado, ahora Mario sí se pregunta si hubiera sido un buen maestro, pero no duda que es un buen ayudante de farmacia. Así se lo hacen sentir con frecuencia sus vecinos y clientes, que valoran mucho la amabilidad de Mario y su interés por ofrecer un servicio personalizado para cada uno. Un buen profesional.

 

La historia de Mario nos muestra que, generalmente, las personas con inquietudes por aprender y por ofrecer valor a los demás, acaban encontrando su camino para hacerlo de un modo a otro. A veces el destino parece ponernos obstáculos y en otras ocasiones nos regala oportunidades, que cada uno debemos saber aprovechar.


La reinvención profesional de Guadalupe hacia la gasolinera

Guadalupe administró una pequeña empresa de informática durante muchos años, disfrutaba encargándose del papeleo y sobre, todo de atender a los clientes. Pero un día, los socios acordaron que era momento de cerrar la empresa. Guadalupe pensó entonces que necesitaría ayuda para reinventarse profesionalmente y contactó con Itinere Talent para contratar un Proceso de Transición Profesional.

Guadalupe tuvo que comenzar por definir un objetivo que fuera motivante para ella y a la vez realista. Vivir en una ciudad pequeña puede suponer una limitación en este sentido por el tipo de oportunidades que se ofrecen. Guadalupe mostró su preferencia por trabajar de cara al público y su facilidad para realizar trámites informáticos.

Junto con su coach, elaboró entonces un curriculum vitae que reflejaba bien sus competencias profesionales, así como su potencial para adaptarse a un nuevo puesto de trabajo. Repasaron también algunos aspectos a tener en cuenta para transmitir una imagen sincera pero competente durante las entrevistas.

Y finalmente, se pusieron a analizar la oferta laboral en la zona, centrándose sobre todo en puestos administrativos o de comercio. Surgió también una oportunidad de trabajar como Expendedora en una gasolinera para hacer una sustitución de unos pocos días.

No era una de las opciones que inicialmente Guadalupe hubiera valorado, pero analizando la cuestión con su coach, lo tomaron como una escala intermedia que mejoraría su seguridad a la hora de acceder a otro puesto de trabajo más acorde con su objetivo. También le permitiría mostrar a futuros contratadores que aún tenía buena capacidad de aprender y adaptarse a nuevos entornos laborales.

De modo que Guadalupe aceptó este trabajo en la gasolinera mientras seguía buscando otras opciones. Y esas opciones llegaron, se incorporó a otra empresa para desempeñar un puesto administrativo. Lo que nunca había imaginado Guadalupe es que iba a echar de menos su trabajo en la gasolinera. Se dio cuenta de que lo había disfrutado mucho más de lo esperado, y también había recibido una excelente valoración por parte de compañeros y superiores.

Un mes después de trabajar como administrativo, la gasolinera ha vuelto a contactar con Guadalupe para ofrecerla un contrato más estable. Y Guadalupe no ha dudado en aceptarlo, deja su puesto más cómodo de oficina. Se siente muy feliz de poder realizar un trabajo que disfruta y en el que se siente realmente valorada.

 

Muchas veces, al elegir un camino profesional, rechazamos oportunidades por ideas preconcebidas; establecemos nuestros objetivos en base a prejuicios que pueden resultar erróneos, sin permitirnos probar distintas opciones hasta encontrar aquella actividad con la que nos sentimos realmente identificados. La historia de Guadalupe nos recuerda la importancia de estar abiertos a nuevos desafíos, y cómo a veces las experiencias inesperadas pueden llevarnos a encontrar nuestra verdadera satisfacción laboral.