Guadalupe administró una pequeña empresa de informática durante muchos años, disfrutaba encargándose del papeleo y sobre, todo de atender a los clientes. Pero un día, los socios acordaron que era momento de cerrar la empresa. Guadalupe pensó entonces que necesitaría ayuda para reinventarse profesionalmente y contactó con Itinere Talent para contratar un Proceso de Transición Profesional.

Guadalupe tuvo que comenzar por definir un objetivo que fuera motivante para ella y a la vez realista. Vivir en una ciudad pequeña puede suponer una limitación en este sentido por el tipo de oportunidades que se ofrecen. Guadalupe mostró su preferencia por trabajar de cara al público y su facilidad para realizar trámites informáticos.

Junto con su coach, elaboró entonces un curriculum vitae que reflejaba bien sus competencias profesionales, así como su potencial para adaptarse a un nuevo puesto de trabajo. Repasaron también algunos aspectos a tener en cuenta para transmitir una imagen sincera pero competente durante las entrevistas.

Y finalmente, se pusieron a analizar la oferta laboral en la zona, centrándose sobre todo en puestos administrativos o de comercio. Surgió también una oportunidad de trabajar como Expendedora en una gasolinera para hacer una sustitución de unos pocos días.

No era una de las opciones que inicialmente Guadalupe hubiera valorado, pero analizando la cuestión con su coach, lo tomaron como una escala intermedia que mejoraría su seguridad a la hora de acceder a otro puesto de trabajo más acorde con su objetivo. También le permitiría mostrar a futuros contratadores que aún tenía buena capacidad de aprender y adaptarse a nuevos entornos laborales.

De modo que Guadalupe aceptó este trabajo en la gasolinera mientras seguía buscando otras opciones. Y esas opciones llegaron, se incorporó a otra empresa para desempeñar un puesto administrativo. Lo que nunca había imaginado Guadalupe es que iba a echar de menos su trabajo en la gasolinera. Se dio cuenta de que lo había disfrutado mucho más de lo esperado, y también había recibido una excelente valoración por parte de compañeros y superiores.

Un mes después de trabajar como administrativo, la gasolinera ha vuelto a contactar con Guadalupe para ofrecerla un contrato más estable. Y Guadalupe no ha dudado en aceptarlo, deja su puesto más cómodo de oficina. Se siente muy feliz de poder realizar un trabajo que disfruta y en el que se siente realmente valorada.

 

Muchas veces, al elegir un camino profesional, rechazamos oportunidades por ideas preconcebidas; establecemos nuestros objetivos en base a prejuicios que pueden resultar erróneos, sin permitirnos probar distintas opciones hasta encontrar aquella actividad con la que nos sentimos realmente identificados. La historia de Guadalupe nos recuerda la importancia de estar abiertos a nuevos desafíos, y cómo a veces las experiencias inesperadas pueden llevarnos a encontrar nuestra verdadera satisfacción laboral.