Vicente es Ingeniero Industrial y estaba satisfecho con su trabajo como Técnico de Mantenimiento en una fábrica de producción de envases. No tenía previsto buscar otro empleo, pero un conocido le habló de un puesto que ofertaban en la empresa para la que trabajaba, necesitaban un Responsable de Mantenimiento para el área de montaje de una compañía de automoción.

Por mera curiosidad, se apuntó a la oferta y las condiciones que le ofrecieron le parecieron interesantes. Admitieron incluso un requisito que Vicente quiso poner sobre la mesa desde el principio: las vacaciones durante el mes de julio que cada año disfruta porque viaja con su familia a EE.UU. para visitar a los padres de su mujer. Aunque con alguna reticencia, finalmente también le permitieron incorporarse un mes más tarde para tener tiempo de hacer un cuidado traspaso de funciones a la persona que le sustituyó en la empresa que dejaba.

Con estos acuerdos, a comienzos de febrero Vicente aceptó la oferta de la nueva empresa, donde ha estado trabajando desde marzo. A pesar de la buena sintonía durante el proceso de selección, la relación con los superiores ha sido algo más distante de lo que estaba acostumbrado en su anterior empleo, pero el trabajo le ha resultado muy retador a nivel técnico, y puede decirse que ha disfrutado de su día a día en el puesto a lo largo de estos meses.

La sorpresa llegó a mediados del mes de mayo, cuando recibió una notificación de que sus vacaciones para el mes de julio eran desestimadas por no contar la empresa con personal suficiente para cubrirle en esa época. Una falta de previsión que Vicente no podía entender, y mucho menos después del acuerdo al que llegaron desde el principio.

A Vicente le preocupaba perder los billetes de avión que ya tenía comprados sin posibilidad de cambio. Pero mucho más grave, no dejaba de pensar cómo podía haber confiado en estas personas que no tenían ningún respeto por sus propios compromisos.

Decidió que no quería seguir trabajando para esta empresa y comenzó a buscar activamente otras ofertas. Con su experiencia, y buenas referencias de la empresa anterior, a Vicente no le ha costado encontrar un nuevo empleo. Se encargará del mantenimiento de una fábrica de grúas a partir del 1 de septiembre.

Vicente sabe que asume un riesgo importante, porque al causar baja voluntaria en julio, estará desempleado durante dos meses, pero está convencido de que no quiere seguir trabajando para quienes no respetan sus acuerdos. Incluso cuando le han propuesto que siga con ellos y le respetarían las vacaciones de julio, Vicente se ha mantenido firme con la palabra que él ha dado a su futura empresa.

 

La historia de Vicente nos muestra que es importante respetar los compromisos que adquirimos para tener profesionales comprometidos. La fidelización de talento no es una moda de la que hablamos, es una  necesidad real que las empresas deben tener en consideración para poder contar con la fuerza principal que mueve los engranajes de cualquier organización.