Tatiana estudió Medicina en su país de origen, en América Latina, y trabajó durante más de una década como nefróloga. Sin embargo, la constante exposición a pacientes cuyos problemas médicos derivaban de agresiones violentas comenzó a pasarle factura. Preocupada por ofrecer un entorno más seguro a sus hijos, Tatiana decidió buscar la manera de trasladarse a España.
Tras investigar diferentes opciones, optó por un visado de estudios para cursar un posgrado en Gestión Sanitaria en una reconocida universidad española. Aunque envió desde su país toda la documentación que acreditaba su título de Licenciada en Medicina, al llegar a España descubrió que no podía ejercer como médica. La legislación española no reconocía automáticamente su titulación porque su país no tenía un acuerdo de homologación, y a efectos legales solo se consideraba que contaba con el título de bachillerato.
Para poder mantenerse mientras estudiaba, Tatiana encontró trabajo como interna en la casa de un matrimonio mayor. Aunque esta situación le permitió cubrir sus gastos de alojamiento y contar con una modesta compensación económica, no era suficiente para traer a su familia ni para enviarles dinero al otro lado del océano. Fue un año muy difícil, sobre todo por la la distancia con su familia y la incertidumbre respecto a su futuro profesional, pero Tatiana apostó por mantener el esfuerzo para conseguir la titulación que la trajo a España.
Y no todo fue negativo, también surgió una excelente relación con la hija del matrimonio que cuidaba. Fue precisamente esta amistad la que marcó un giro en su camino. La mujer, encantada con el cuidado y atención que recibían sus padres, sugirió a Tatiana que considerara realizar una Formación Profesional en Higiene Bucodental. Aunque implicaba dos años más de esfuerzo, le abriría las puertas a un título válido para trabajar en España. Además, le habló de un amigo odontólogo, que muy probablemente iba a necesitar nuevos profesionales para la expansión de su clínica en un par de años.
Antes de finalizar su formación, Tatiana ya fue entrevistada por el propietario de la clínica, quien quedó tan impresionado con su actitud y capacidad que comenzó de inmediato a tramitar la solicitud de su contratación. Con apenas unas semanas de diferencia, Tatiana obtuvo su título de Formación Profesional y su permiso de trabajo, ambos como un auténtico regalo del cielo.
Hace ya dos años que Tatiana logró traer a España a sus hijos, y no ha dejado de sentirse agradecida con todas las personas que la ayudaron a integrarse tanto personal como profesionalmente. Recientemente, el propietario de la clínica le ofreció un nuevo reto: encargarse de la Gerencia de una nueva clínica que planean abrir en 2025. “No es un favor que te hago”, le dijo, “eres la persona más capaz que conozco para este trabajo, y estoy seguro de que puedo confiar en ti”.
Hoy, Tatiana celebra que todo el esfuerzo y las dificultades hayan valido la pena. Su formación y experiencia en su país de origen, combinadas con el máster y la Formación Profesional, han resultado ser un complemento perfecto para su carrera en el sector bucodental. Años atrás, a veces sintió que su sacrificio había sido en vano, pero su historia demuestra que, con paciencia y tesón, siempre podemos encontrar el camino para aprovechar nuestro talento al máximo.