De profesional del Marketing a Emprendedora, la transformación de Silvia (Segunda parte)

Con esa ilusión, Silvia y sus socios, prepararon el local y obtuvieron un gran éxito en la fiesta de inauguración. Todo parecía estar saliendo a la perfección.

Pero a la tercera noche de trabajo duro, la socia cocinera decidió colgar su delantal porque estaba muy cansada. Silvia, que no sabía cocinar ni en su casa, tuvo que hacerse cargo de la cocina y sacar adelante las últimas comandas de esa noche como pudo, con el apoyo del ayudante de cocina y una de las camareras.

Al día siguiente, habló con su socia, que no parecía entrar en razones. No quería seguir trabajando, pero tampoco quería quedarse al margen. En aquel momento, sólo podían ofrecerle unos días para que se lo pensara. Mientras tanto, buscaron rápidamente alguien que se encargara de la cocina, aunque resultó muy complicado, a esas alturas de la temporada, todos los buenos profesionales estaban ya trabajando en otros restaurantes.

Y cuando parecía que podrían remontar el negocio, la socia díscola volvió para reclamar una compensación por dejar de trabajar, decía sentirse "despedida". No tenía sentido tal petición cuando era ella quien había abandonado sus obligaciones, pero aún así, los otros dos socios aceptaron llegar a un acuerdo para evitar conflictos. Y esto no fue al parecer suficiente.

Durante los siguientes meses, la que Silvia había considerado una vez amiga, y que además aún tenía dinero invertido en la empresa de ambas, se dedicó a difamar de todas las maneras posibles la mala gestión y las malas prácticas del restaurante. Hasta que la situación se hizo insostenible y tuvieron que cerrar el restaurante. El cierre concursal fue inevitable.

Fue un duro golpe para Silvia, desde luego; había dedicado mucho tiempo y energía para intentar sacar adelante el negocio. Además de perder una importante cantidad de dinero en aquel proyecto, se sintió muy traicionada por quien creía una amiga, e incluso enfadada consigo misma por no haberse dado cuenta, como Psicóloga que es al fin y al cabo, de que se trataba de una persona emocionalmente inestable y sin experiencia real en el trabajo que quería desempeñar. También descubrió que, tratar de eludir los conflictos no siempre es la solución; por lo general, es preferible atacarlos de frente para evitar perjuicios peores en el futuro.

Con el tiempo, no obstante, Silvia ha sacado algún beneficio de aquella experiencia. Ha sabido aprovechar todo lo que aprendió sobre gestión empresarial, y se ha especializado en asesorar a emprendedores que van a iniciar un negocio. Su especialidad, como dice ella con una sonrisa, es "elaborar un cuidado pacto de socios y preparar a sus clientes para un posible cierre antes de embarcarse en su aventura".

 

La historia de Silvia nos muestra que las circunstancias más adversas se pueden convertir en fuentes de aprendizaje si sabemos aprovecharlas. Es normal sufrir contrariedades y decepcionarnos con personas en las que confiamos, pero lo importante es saber remontar las situaciones negativas sin perder la confianza en nosotros mismos.


De profesional del Marketing a Emprendedora, la transformación de Silvia (Primera parte)

Silvia empezó sus estudios de Psicología sin estar muy convencida de qué destino profesional le esperaba después. Solo sabía que le interesaban las personas. Y en su tercer curso, entonces las licenciaturas eran de cinco años, descubrió el Marketing. La posibilidad de indagar sobre las necesidades reales de la gente y la idea de hacer publicidad de manera ética, la conquistaron enseguida.

Así que no dudó en realizar el Programa de Cooperación Educativa que entonces ofrecía su facultad. No fue fácil compaginar las clases de los dos últimos cursos de Psicología con seminarios de Marketing por las tardes; y además pasar el último verano de su vida universitaria realizando prácticas en una Agencia. Pero lo consiguió. Y a sus 23 años era ya una boyante profesional del Marketing.

Pronto encontró trabajo en una buena empresa del sector textil y, durante más de una década, disfrutó participando en la elaboración de sus campañas publicitarias. En los últimos años, pasó también a ocupar un puesto de responsabilidad en la organización de eventos, que le ayudó a afianzar aún más la confianza en sus competencias organizativas.

Pero en pleno auge de su carrera profesional las circunstancias cambiaron. Su empresa fue absorbida por una multinacional con más envergadura, y algunos departamentos, como el de Marketing y Relaciones Públicas, dejaron de considerarse necesarios por disponer ya la empresa de un Departamento Corporativo para estas funciones.

Al principio, Silvia pensó que resolvería pronto esta situación, que encontraría otro empleo con la misma facilidad que la primera vez. Pero no fue así, el tiempo pasaba, las oportunidades laborales que encontraba acordes a su perfil eran escasas, y cuando tenía ocasión de presentar su candidatura no recibía respuesta alguna, o la contestaban con evasivas ante su insistencia.

La depresión comenzaba a amenazar en su estado de ánimo cuando una amiga, a la que había conocido un año antes, le mostró una alternativa. Su amiga había estudiado para ser cocinera y conocía un negocio de restauración que se traspasaba. Silvia no conocía apenas el sector de la hostelería, pero sí sabía que se le daba bien gestionar y la organización de eventos, así que enseguida se ilusionó con el proyecto.

Su amiga se responsabilizaría de todo lo relacionado con la cocina, contactaron con un tercer socio que tenía experiencia como camarero, y Silvia se hizo cargo de la promoción del restaurante, así como de la gestión más empresarial, finanzas, licencias, contrataciones de personal, etc.

Y no dudó en aportar el dinero de su indemnización, la misma cantidad que aportó el camarero y algo más de lo que aportó la cocinera.

Continuará ....


El camino de Natividad: superando obstáculos para encontrar nuevas oportunidades

Natividad se autodefine como “maestra de vocación desde los 7 años”. Aprobó las oposiciones de magisterio con 22 años y, mientras realizaba su trabajo con muchísima ilusión, continuó formándose para conseguir hasta 5 especialidades. También forma parte de la primera generación de Psicopedagogos que estudiaron esta carrera telemáticamente, lo que le permitió compaginar estudios y trabajo.

Durante los primeros seis años de la vida de su hijo, Natividad solicitó una reducción de jornada para asegurarse de que podría cumplir eficazmente con sus dos pasiones, la crianza como madre y la enseñanza como maestra. Dos pasiones que ha mantenido vivas hasta hoy a pesar de los obstáculos que ha ido encontrando en el camino.

Cuando tenía 39 años, trabajando en un colegio, Natividad sufrió un accidente y, aunque se reincorporó tan pronto como estuvo recuperada, las secuelas derivaron en fibromialgia e isquemia cerebral. Fue duro para ella sentir cómo los dolores la obligaban a ausentarse con frecuencia de un trabajo que tanto amaba, pero más duro fue descubrir que, justificando estas reiteradas ausencias, la Administración imponía su jubilación.

Con solo 46 años, Natividad sintió como si le hubieran cortado la vida. Pensó que la trataban como a un número, que se trataba de una decisión injusta, que no se estaba considerando su valía como persona y como profesional. Fueron tiempos muy complicados, tenía que asumir su nueva situación laboral cuando todavía estaba intentando aceptar el diagnóstico de una enfermedad que iba a acompañarla el resto de su vida.

La recuperación no fue fácil ni rápida, pero hoy Natividad puede contar cómo poco a poco fue aprendiendo a comprender su enfermedad, a convivir con ella, y a escucharla para poder seguir adelante a pesar de las limitaciones. Así nos lo contó en uno de sus libros «Un viaje para dos: mi fibromialgia y yo».

Sin renunciar a su pasión, Natividad ha encontrado otras maneras de compartir sus conocimientos con otras personas. Ha publicado ya cinco libros, ahora está trabajando en el sexto. Colaboró también como voluntaria en dos periódicos digitales y en dos programas de radio, «Escuela de Padres» y «En tus manos», donde nos ayudaba a entender las emociones;. Publica su propio blog, QuitaLaMordaza.com, proporcionando visibilidad a cualquier tema que considera relevante para mejorar nuestro conocimiento del mundo y de la sociedad. Y entre tanta actividad, Natividad encuentra tiempo aún para colaborar de manera habitual con numerosas entidades que organizan actividades sociales y culturales.

En definitiva, Natividad sigue muy viva a pesar de no estar laboralmente activa, y con el tiempo ha llegado a valorar que la jubilación temprana ha supuesto para ella una oportunidad de participar y poner en marcha proyectos que cada día la ayudan a sentirse satisfecha.

 

Natividad nos enseña que, aunque la vida puede presentarnos desafíos inesperados, siempre hay formas de adaptarse y encontrar nuevas oportunidades. Su historia refleja la fuerza interior y la determinación para seguir adelante, incluso cuando las circunstancias son difíciles. A través de su ejemplo, nos inspira a enfrentar los cambios con valentía y a buscar nuevas formas de realizarnos, incluso cuando el camino parece estar lleno de obstáculos.