El valor de la orientación para la transición profesional

Ana es consultora de talento. Después de licenciarse en Psicología y realizar un Programa de Cooperación Educativa en Organización y RR.HH., trabajó inicialmente en el departamento de RR.HH. de una gran multinacional y después como consultora externa. Tras 25 años ayudando a las empresas a encontrar talento, tuvo la ocasión de participar como voluntaria en un servicio de orientación para el empleo y descubrió una nueva vía profesional que la satisfacía mucho.

Como Orientadora Laboral, podía utilizar sus conocimientos de reclutamiento y selección para ayudar a personas que buscaban empleo. Con el tiempo, fue descubriendo que su conocimiento de diferentes sectores de actividad y áreas funcionales en las empresas también le permitía orientar a las personas sobre posibles intereses laborales que ellas mismas desconocían. Durante varios años, disfrutó mucho realizando este trabajo. Ya hablamos de ella hace unos meses en este blog.

Pero el trabajo de orientación laboral para personas desempleadas depende de subvenciones de los servicios públicos de empleo, que a su vez dependen de cada comunidad autónoma. El cambio político en la comunidad autónoma donde Ana reside y trabaja implicó la desaparición de programas de orientación para el empleo tras más de dos décadas proporcionando excelentes resultados.

Ana no ha tenido demasiada dificultad para continuar trabajando y ha intensificado su actividad como colaboradora de Itinere Talent, que no ha dejado de mantener desde 2015. Además, en esta nueva etapa, la experiencia en orientación de Ana y otras consultoras colaboradoras ha permitido a Itinere Talent ofrecer el Servicio de Transición Profesional con muy buena acogida por los clientes.

Aun así, Ana piensa que algo no está bien. No ha dejado de sentir cierta frustración al ver cómo tantos excelentes profesionales de la orientación laboral tienen que buscar soluciones profesionales alternativas para subsistir mientras personas en situación de desempleo dejan de recibir asesoramiento o son asesoradas por personas sin la preparación adecuada. Por ello, se ha unido a ASORIENTACYL, una asociación creada para representar y defender el reconocimiento y la valoración de la profesión.

 

Con esta segunda historia de su trayectoria profesional, Ana nos muestra la importancia de preocuparnos también por el bienestar de otras personas, receptores de un servicio que ofrecemos o compañeros con los que hemos trabajado. Mantener un propósito que incluya el bienestar de los demás hace que nuestros objetivos sean más humanos y nos ayuda a disfrutar más con lo que hacemos en el día a día.


La dualidad de Alberto: seguridad o satisfacción.

Alberto es una persona inteligente, los test de cociente intelectual que le hicieron cuando era niño así lo pusieron de manifiesto. Sin embargo, nunca le gustó demasiado estudiar, sentía que la rigidez del sistema no iba con él y, aunque ha leído mucho y tiene amplios conocimientos sobre distintas materias, su nivel de estudios académicos quedó en una cota muy básica.

Tras un par de intentos fallidos en empresas donde no llegó a encajar, finalmente encontró trabajo: carga y descarga aviones en el aeropuerto. Un trabajo físico que ha desempeñado durante más de dos décadas. Una labor que, si bien le proporcionaba un salario aceptable, nunca logró satisfacerle plenamente.

 

Aunque al principio parecía una buena solución laboral, las condiciones eran buenas al fin y al cabo, con el tiempo Alberto ha ido sufriendo unas exigencias cada vez más duras por parte de su empresa.

Su descontento fue creciendo poco a poco y el anhelo de abandonar este empleo llegó a volverse constante. Sin embargo, el miedo a dejar esa seguridad económica le ha mantenido estancado en una situación que le genera desconsuelo cada día.

Cuanto más tiempo pasaba y más insatisfecho se sentía, más difícil le resultaba dar el salto de manera voluntaria hacia un cambio. Hoy, como ayer, ese salto resulta impensable para Alberto.

La idea de ser despedido se convirtió en una ilusión, una salida que le permitiría acceder a indemnizaciones y prestaciones por desempleo, brindándole la oportunidad de replantearse su carrera profesional. Pero el tiempo siguió su curso y esa situación nunca llegó.

 

Con el pasar de los años, Alberto siente el peso del arrepentimiento.

Se cuestiona qué habría sucedido si hubiera tenido la determinación de continuar estudiando o la valentía de arriesgarse en la búsqueda de nuevas oportunidades laborales.

El remordimiento por no haber seguido sus deseos y haber optado por lo seguro le atormenta.

La sensación de haber malgastado años valiosos en un trabajo que no le llenaba le lleva a reflexionar sobre las decisiones pasadas y el costo de elegir la estabilidad sobre la satisfacción personal.

 

La historia de Alberto nos muestra cómo la dualidad entre lo seguro y lo satisfactorio nos desafía constantemente. Reflexionar sobre lo que pudo ser nos recuerda la importancia de la valentía en la búsqueda de la realización personal.

¡Valoremos cada día si estamos donde queremos estar, para buscar el mejor camino a nuestro talento antes de que sea tarde!