Idoya estudió arquitectura y realizó prácticas en un estudio de su ciudad natal, Burgos. Pronto encontró trabajo en una importante constructora multinacional, lo que la llenó de felicidad al poder colaborar en la construcción de un gran edificio cerca de su vecindario. Durante la construcción, disfrutaba presumiendo con amigos y familiares cuando pasaba por allí, deteniéndose para explicarles los materiales, técnicas y profesionales involucrados.

Sin embargo, con el tiempo, se vio envuelta en una sucesión de obras cada vez más lejos de casa. Al principio aún podía regresar los fines de semana, pero gradualmente esto se volvió imposible, dejándola exhausta y preocupando a sus padres por su salud.

Aunque se dio cuenta de que dedicaba demasiadas horas y energía mental a su trabajo, se sentía atrapada en una dinámica que parecía no poder cambiar. Fue durante la Semana Santa de 2023 cuando finalmente logró desconectar al unirse a su familia en una casa rural en Granada. Allí, mientras descansaba y compartía momentos con sus seres queridos, comenzó a replantearse su situación.

Se dio cuenta de que no era necesario seguir viviendo de esa manera y que existían otras oportunidades a las que podía acceder. Decidió buscar un nuevo trabajo que le devolviera la ilusión, y para asegurarse de no caer en la misma rutina, se puso en contacto con Itinere Talent para explorar opciones de transición profesional.

Con energías renovadas, Idoya volvió al trabajo decidida a cambiar su situación. Aunque las condiciones económicas podrían no ser las mismas, se siente plenamente satisfecha en su nuevo empleo en una constructora de Bilbao que solo realiza proyectos en la zona. Ahora, cada fin de semana, vuelve a pasear por las calles de Burgos y contempla con orgullo su primer edificio.

 

Esta historia de Idoya refleja la realidad de muchos profesionales que, atrapados en el torbellino de responsabilidades y exigencias laborales, se sienten incapaces de detenerse y considerar otras opciones. El agotamiento y la falta de tiempo para reflexionar pueden convertirse en obstáculos que impiden ver más allá de la situación actual. Sin embargo, como Idoya descubrió, darse el permiso para descansar y abrirse a nuevas oportunidades puede llevar a cambios positivos y una mayor satisfacción profesional y personal.