Adriana está de vacaciones, al fin está de vacaciones. Ha descansado un par de días sin hacer nada y, después, ha reunido fuerzas para contarnos su historia. Llevaba tiempo con la idea de hacerlo, desde que empezó a seguir Camino para el Talento, hace un par de meses, pero no consiguió encontrar el momento.

Adriana es enfermera. Colabora puntualmente con otras áreas, pero sobre todo trabaja en Pediatría. Le encantan los niños y, aunque sufre viendo lo mal que lo pasan cuando están malitos, siempre pone una sonrisa, y la mejor versión de sí misma, para intentar que su estancia en el hospital sea lo menos dura posible.

Estos últimos meses, sin embargo, le ha costado un poco. Estaba cansada, muy cansada. Y el cansancio es un mal compañero, sobre todo cuando tienes que poner una sonrisa cada día a pesar del sufrimiento que ves a tu alrededor.

Adriana trabajó durante muchos años en el hospital de una capital de provincia pequeña, y ni siquiera cuando sus hijos fueron pequeños, le resultó tan duro el trabajo. Tenía la ayuda de su familia, y se puedo organizar bien para conciliar.

Pero el año pasado, por los estudios de sus hijos, decidieron trasladarse a otra ciudad más grande. Fue una decisión muy meditada y no se arrepienten, en general toda la familia se ha adaptado bien.

Y Adriana no tuvo mucha dificultad para encontrar trabajo en su nueva ubicación. Al fin y al cabo, la demanda de enfermeras en estos tiempos es muy alta. Demasiado alta, de hecho, porque al parecer faltan enfermeras.

Esta fue la circunstancia por la que Adriana tuvo que incorporarse inmediatamente, sin posibilidad de disfrutar vacaciones entre su trabajo anterior y el actual. De modo que ha tenido que trabajar durante 22 meses seguidos.

Trabajar y al mismo tiempo gestionar su mudanza, y adaptarse a su nueva ciudad y al nuevo ritmo de turnos. Y reconoce que la ha costado. Pero a pesar de sus muchos intentos, no ha conseguido vacaciones hasta ahora, 11 meses después de incorporarse a su puesto en un hospital diferente.

Por eso, Adriana ha querido contar su historia para alertar sobre algo que está pasando en la sanidad, y probablemente en otros sectores también. Entiende que no es sólo responsabilidad de la gestión de su empresa, un hospital privado, porque sabe que es muy difícil hoy en día encontrar buenos profesionales. Por eso, propone que se anime más a la juventud a formarse en áreas con tanta demanda laboral. Dos de sus hijos ya lo están haciendo.

Y por suerte, para Adriana al menos, lo peor ya ha pasado. Está convencida de que el próximo año no serán tan duro. Y podrá seguir sonriendo, como nunca ha dejado de hacer, a los niños que tanto cariño necesitan mientras se curan en el hospital.

 

Esta vez, Adriana con su historia quiere alertar sobre un problema que con frecuencia afecta en entornos laborales: la sobrecarga de trabajo por no disponer la organización de suficientes profesionales. Y el riesgo que supone para los trabajadores no poder disfrutar del suficiente descanso para reponer las energías necesarias. Un problema que, al final, acaba afectando tanto a la salud de las personas como a la propia productividad organizativa.